Y no me refiero a modestia frente a los otros (que también puede ser una buena cualidad) sino humildad con uno mismo y con lo difícil de hacer realmente bien este trabajo. En este sentido, sin más, le cedo la palabra a Jonathan Edwards, quien en Beautiful Code dice:
Una lección que he aprendido por la vía difícil es que no somos lo suficientemente listos. Incluso los programadores más brillantes cometen errores estúpidos con frecuencia. No solo errores de tecleo (typos) sino errores básicos de diseño que ponen en una situación difícil al código, y que a posteriori deberían haber sido obvios. La mente humana no es capaz de comprender en su conjunto la complejidad de un programa de tamaño moderado, mucho menos los sistemas monstruosos que construimos hoy en día. Esta es la amarga pastilla que nos tenemos que tragar, porque programar atrae y recompensa al inteligente, y su cultura fomenta la arrogancia intelectual. Me ha ha sido de inmensa ayuda trabajar con el supuesto de que soy demasiado estúpido para hacer las cosas correctamente. Esto me hacer usar de modo conservador aquello que ha funcionado, testear cautelosamente las nuevas ideas antes de confiar en ellas y por encima de todo, apreciar la simplicidad.Curiosamente habla de un libro que me gustaría mucho adquirir y cuya existencia comenté por aquí.
Sobre el mismo tema, me gustaría recordar una famosísima cita de Brian Kernighan:
Depurar es el doble de difícil que escribir el código por primera vez. Entonces, si escribes código tan inteligentemente como te sea posible, no vas a ser, por definición, suficientemente listo para depurarlo.
Actualización: Creo que no ha quedado claro (he escrito la entrada demasiado rápido), pero lo que me parece curioso del comentario de Jonathan Edwards, es que es una justificación de porqué no escribió en Beautiful Code a pesar de estar invitado para ello, con una explicación tan inspirada que irónicamente merecería estar en el libro... :)